Ona, significa “Hombre del norte”en idioma Yámana. Este pueblo se autodenomina “Selknam”, que quiere decir “los que son iguales”.
Se cubrían el cuerpo con cueros de Lobo Marino, zorros y guanacos. Para combatir el intenso frió de la zona, se untaban el cuerpo con grasa de animales. Además, con fines rituales, pintaban sus cuerpos con pigmentos vegetales.
La estatura de los hombres era elevada, con un promedio de 1,80 MT. Mientras que las mujeres eran más pequeñas. Vivían en habitaciones cónicas, hechas de ramas y cueros de animales, cazados por los hombres de esta cultura. Los Onas eran monógamos, y no permitían el casamiento entre parientes,
El mando era ejercido por el más anciano, asesorado por un consejo de adultos. No tenían mayor estratificación social. Se agrupaban en bandas relativamente pequeñas, de 20 a 40 personas, relacionadas por parentesco, como los Clanes escoceses (claro que no recibieron ninguna influencia de estos).
Poseían una fuerte división de roles de acuerdo al sexo. Los hombres cazaban, pescaban, y fabricaban los toldos en los que vivían. Las mujeres mariscaban, recolectaban vegetales silvestres y, en general, realizaban labores domesticas. Esta división permaneció en el tiempo gracias a un rito, denominado Kloketén, que servía para iniciar a los jóvenes a la pubertad y, mediante a cuerpos pintados y al uso de máscaras, asustar a las mujeres y reforzar el dominio sobre ellas. En este rito se cantaba, se bailaba y se transmitían mitos y leyendas del pueblo Ona.
Su dios habitaba en el cielo y se llamaba Temaukel. No intervenía en lo cotidiano, pero era un juez de lo bueno y lo malo.
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